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60 aniversario del fallecimiento del P. José Antonio de Donostia

El 30 de agosto de 1956 fallecía en Lecároz el P. José Antonio de Donostia. Desde esta página queremos ofrecerle, en el 60 aniversario, un pequeño homenaje a uno de nuestros más importantes escritores, compositores, musicólogos, organistas y folkloristas.

José Gonzalo Zulaika Arregi nació el 10 de enero de 1886 en San Sebastián. Con 10 años comenzó a estudiar en el Colegio Ntra. Sra. del Buen Consejo de los Capuchinos en Lecároz (Navarra), más conocido como Colegio de Lecároz. Fue aquí donde despertó su verdadera pasión por la música. Allí decidió entrar a formar parte de la Orden capuchina y con 16 años tomó el hábito de novicio y cambió su nombre por el de Fray José Antonio de San Sebastián, posteriormente será conocido como Padre Donostia o Aita Donostia.

El P. Donostia fue profesor en Lecároz desde 1909 hasta 1918, año en el que se traslada a Madrid para seguir progresando en sus estudios de música. Entusiasta del canto gregoriano se trasladó al monasterio benedictino de Santo Domingo de Silos (Burgos) y a la abadía de Solesmes (Francia) para estudiarlo en profundidad.

Siendo ya fraile viaja a Barcelona y entra en contacto con el musicólogo y folklorista Felipe Pedrell. Comenzó a recopilar y transcribir tanto las canciones (música y letra) como las melodías para instrumentos y danzas que iba recogiendo en diversos pueblos y aldeas del País Vasco y Navarra, que se transmitían de forma oral. Gracias a este movimiento etnográfico-musical se ha podido conservar mucha de esta música, tal como se interpretaba en los siglos XIX y XX. 

Fue un viajero infatigable y un gran conferenciante. Sin abandonar los trabajos musicológicos y de composición impartió más de 100 conferencias por todo el mundo sobre diferentes aspectos de la música vasca. La primera de ellas en Bilbao y a partir de ahí  Madrid, Barcelona, Salamanca, Pamplona, pero también en París, Praga, Londres, Basilea, Argentina, Uruguay, etc. A pesar de no haber compuesto sinfonías entendidas como tales, escribió obras sinfónicas en las que demuestra su calidad como sinfonista.

De sus investigaciones nació la necesidad de aprender euskera cuando ya era adulto, lo que hizo llegando posteriormente a ingresar en la Real Academia de Lengua Vasca como miembro de número.

A principios del siglo XX París era un referente artístico de primer orden y allí se estableció temporalmente en 1920. Conoció a Maurice Ravel, con el que mantendría una gran amistad toda su vida, Erik Satie, Francis Poulenc, Federico Mompou y a las vanguardias artísticas de la época. El P. Donostia fue un músico cosmopolita, y en esta época viajó por Europa y Argentina, llegando a ser muy conocido en París, donde editó y estrenó alguna de sus obras. También aprovechaba sus estancias en París para recopilar todos los vestigios que sobre música y cultura vasca encontraba en diversos archivos y bibliotecas, publicando sus hallazgos en la revista Gure Herria de Bayona.

Cuando comenzó la Guerra Civil española se exilió a Francia y allí vivió hasta 1943 (Toulouse, París, Mont-de-Marsan y Bayona). Durante estos años prosiguió con sus trabajos de composición e investigación, impartiendo conferencias y conciertos, como organista de la parroquia de Biarritz.

Músico de su tiempo, asumió las sonoridades  que se estaban experimentando en el momento.

Al volver del exilio residió en Barcelona durante algún tiempo trabajando en el Instituto Nacional de Musicología sobre etnografía y folklore.

Posteriormente volvió a Lecároz y allí se rodeó de un círculo de amistades formado por músicos como Juan Eraso, Bello Portu, Gorriti y otros artistas como Jorge Oteiza.

Murió en Lecároz el 30 de agosto de 1956.

Para conocer más a este autor podemos acudir a las biografías y estudios que han realizado otros diferentes autores y entre ellos dos autores capuchinos: el P. Jorge de Riezu en Vida, obra y semblanza espiritual del padre José Antonio de Donostia o el P. José Luis Ansorena en su obra Aita Donostia: P. José Antonio de San Sebastián: José Gonzalo Zulaica Arregui o la biografía publicada por este último en Auñamendi Euskal Enziklopedia de Internet. Y por supuesto en nuestras bibliotecas se puede consultar su obra, catalogada o no.

También se pueden consultar en Pamplona su biblioteca personal y, en el Archivo Histórico Provincial de Capuchinos de Pamplona, su archivo personal.

Para la ocasión hemos realizado una pequeña bibliografía recomendada con todas las obras musicales que el autor publicó en vida en la revista Zeruko argia, se puede consultar en nuestro OPAC en el directorio Biblioteca de Escritores Capuchinos.

Esta revista fue una importante publicación capuchina de divulgación religiosa editada íntegramente en euskera. La publicación dio comienzo en 1919 de la mano de los padres Buenaventura de Oyeregui y Dámaso de Inza pretendiendo ser "luz del cielo" para el pueblo vasco. Como bien podemos comprobar en la bibliografía recomendada que hemos realizado el tema musical era muy importante en esta publicación, a parte del religioso, literario o misional.

Se publicó hasta el año 1980 con diferentes etapas e interrupciones. En ese año, ya convertida en una revista de información general, se traspasó a una sociedad cooperativa formada por alguno de los trabajadores y pasó a llamarse Argia.

 

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