Agustín de Antequera (1899-1972)
José Acedo García nació en Antequera (Málaga) el 27 de agosto de 1899, hijo de Manuel Acedo Romero y Socorro García Guerrero, esta última celadora del Hospital de San Juan de Dios de la localidad. Tras realizar sus estudios primarios ingresó en el colegio en el Colegio Seráfico de Antequera en 1912, donde se forjó su vocación capuchina. Como consecuencia de ello inició el noviciado, tras culminar sus estudios, el 18 de julio de 1916.
Tras el año preceptivo emitió su profesión temporal, a la edad de 18 años, adoptando desde este momento el nombre de fray Agustín de Antequera. Fue entonces cuando inició sus estudios superiores en la Universidad Gregoriana de Roma. Entretanto, dos años después, el 4 de octubre de 1920, tuvo lugar su profesión perpetua en la Orden. En 1922 obtuvo el título de doctor en filosofía, pero no concluyó aquí su carrera académica, pues en 1929 accedió al doctorado en teología por la misma universidad.
Entretanto fue ordenado sacerdote el 29 de diciembre de 1925, mientras desarrollaba su actividad docente en el Colegio Seráfico de Antequera, establecimiento del que fue director durante el curso 1927-1928, llevando también a cabo una actualización del reglamento de la institución. Su gran dedicación a la docencia fue reconocida con la concesión del título de Lector Emérito de la Provincia Capuchina de Andalucía. A partir de 1957 también desarolló su actividad docente en el Colegio de María Inmaculada de Antequera.
Fue colaborador asiduo de la revista El Adalid Seráfico, donde publicó sus contribuciones entre 1940 y 1962, entre las que se encontraban poesías, artículos pastorales y crónicas de los congresos de historia y música en los que participó. Su labor como articulista se completó con una larga serie de artículos de divulgación histórica que dio a la imprenta en el periódico de su localidad natal: El sol de Antequera.
En el campo de la historiografía fue muy destacable su estudio del yacimiento arqueológico de Bobastro (Mesas de Villaverde, Málaga), base desde la que se articuló la rebelión del muladí Omar ben Hafsún contra los Omeya cordobeses entre los años 880 y 918, en que falleció. Estableció las posibles relaciones entre la antigua fortaleza y la efigie de la Virgen conservada en la ermita de Mesas de Villaverde. Fray Agustín sentía, además una especial devoción por Santa Argentea, hija del rebelde, que fue martirizada por el califa Abderramán III tras la muerte de su padre. El fruto de sus estudios fue una monografía que, aun hoy, sigue siendo indispensable para un buen conocimiento del yacimiento: Bobastro, Bastión glorioso de la independencia patria.
Su mayor sensibilidad la mostró para la música. Perteneció a una generación que supo continuar y realzar la tradición musical de la Orden. Fue un gran organista y director de los coros del Santo Ángel de Córdoba y de San José de Sevilla, que él mismo fundó. Compuso gran cantidad de plegarias, himnos marianos, villancicos, motetes eucarísticos y responsorios, de exquisita armonización y rara inspiración, que son testimonio de la música sacra de la etapa preconciliar.
Tras una larga enfermedad, falleció en el convento de su localidad natal el 22 de marzo de 1972.
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