La danza en Estella: Francisco Beruete por Juan Carlos Doñabeitia
Próximo a finalizar el siglo XIX, época todavía con reminiscencias del Romanticismo, surgió en Navarra un movimiento de autoafirmación, como reacción a las pretensiones del gobierno liberal de eliminar el sistema foral navarro. En este contexto, Estella recuperó el Baile de las eras en el año 1903. Desde entonces, y por motivos tales como la desidia o la Guerra Civil, desapareció para renacer nuevamente en varias ocasiones. Finalmente, en 1947, el Ayuntamiento de Estella creó un grupo de danzas que, bajo su patrocinio, proporcionó estabilidad a esta coreografía. Durante la década de 1950 los danzaris estelleses realizaron numerosos viajes por la geografía nacional; por ello, se vieron en la necesidad de constituir un espectáculo de cierta envergadura. A tal fin hubieron de crear un nuevo corpus de danzas basado en la tradición. Podemos decir que este esfuerzo culminó con éxito porque hoy, décadas después de su estreno, sigue interpretándose sin mostrar síntomas de agotamiento. La historia de todo ello, los diferentes aspectos de la vida del grupo, así como la figura de Francisco Beruete, alma mater de esta empresa, son los elementos que conforman la presente obra.
La presente obra, que ya se puede consultar en nuestra biblioteca de Pamplona, como no podía ser de otra manera, nos habla y enseña al P. Hilario Olazarán de Estella, organista, compositor, profesor de piano, txistu y tamboril. Y además entre sus ilustraciones se encuentra un partitura perteneciente al Archivo P. Donostia custodiado en el Archivo Histórico Provincial de Capuchinos de Pamplona. El propio autor, Juan Carlos Doñabeitia, nos hace este comentario sobre esta partitura manuscrita:
Tanto aprecio tenía Julián Romano por el Baile de las eras que hizo una adaptación del mismo para ser tocado en concierto por gaitas estellesas con acompañamiento de banda. La tituló Las fiestas de Estella. Tenemos noticias de que fue ejecutada por su hijo, Demetrio, en las Fiestas de San Fermín de 1896, junto a Anselmo Elizaga. Tales fueron los éxitos cosechados, con la ejecución de esta y otras obras, que pronto fueron llamados para tocar con bandas en otras poblaciones.
De la altura interpretativa de la familia de gaiteros Romano hablan las crónicas periodísticas de la época o la novela de Gregorio Iribas, En las Améscoas. María del Puy. La partitura depositada en el Archivo Histórico Provincial Capuchinos de Pamplona es un manuscrito del citado Demetrio Romano en el que se atribuye la autoría a su padre, Julián.
De esta obra existen numerosas copias manejadas por las familias de gaiteros sucesoras de los Romano: los Elizaga y los Pérez de Lazarraga. El valor de la que nos ocupa radica en ser la original o, en todo caso, procedente del hijo del propio compositor y de la que, con toda seguridad, surgen las demás. Por otra parte, desaparecida como está la partitura inicial del Baile de las eras, todavía adquiere más relevancia, si cabe, porque aporta numerosas pistas sobre la misma.