Lorenzo Ondarra Quintana
Lorenzo nació en Bakaiku (Navarra) el 20 de noviembre de 1931, en el seno de una familia de labradores, de profundas raíces cristianas.
Hasta su ingreso en el Seminario capuchino de Alsasua en el verano de 1942, vivió en su pueblo natal. Cursó sus estudios eclesiásticos en Alsasua, Fuenterrabia, Sangüesa, Zaragoza y Pamplona-Extramuros. Profesó solemnemente en la Orden (17/09/1953), y es ordenado sacerdote por el obispo capuchino Monseñor Ignacio Larrañaga el 8 de diciembre de 1954.
En el seminario de Alsasua, además de formalizar sus estudios eclesiásticos, realizó los de solfeo y piano. Su primer destino fue Alsasua, como profesor y encargado de la música de nuestros seminaristas (1955-1957). Una vez ordenado sacerdote, estudió Gregoriano durante tres años en Vitoria y Salamanca, con prueba final en la Escuela Superior de Música Sagrada en Madrid, disciplina que perfeccionó luego en Montserrat. En 1957 es trasladado al convento de Capuchinos de San Sebastián, y fue director de la Escolanía de nuestra iglesia de Oquendo (1957-1963). Realizó los estudios de Órgano y Composición con Tomás Garbizu y Francisco Escudero, respectivamente, siendo premio fin de carrera en ambas especialidades. Francisco Escudero le encargó hacer un guion de la parte orquestal de su ópera Zigor.
Regresa a Alsasua en 1963 y allí permanecerá de profesor y organista hasta diciembre de 1990, prácticamente hasta poco después de desaparecer el Seminario Menor. Y desde el 28 de diciembre de 1990 hasta 2012 reside en San Sebastián.
Para completar su formación musical, acudió a la Academia Chigiana de Siena (Italia) con Petrassi y Borin Porena. En la década de los 70, asistió en repetidas ocasiones a los Cursos de Verano de Darmstadt (Alemania), con figuras de la vanguardia internacional como Stochhaussen y Ligeti así como a cursos en Würsburg (Alemania), 1970; Viena, 1978; Luzern (Suiza) 1980, Innsbruck (Austria), 1982. En Lucerna asistió a varias conferencias sobre música polaca impartidas por dos grandes músicos como Penderezki y Lutoslavsky.
Persona de gran formación, hizo un curso de Humanidades Clásicas en Salamanca y otro de Lengua Francesa en París, lengua que hablaba a la perfección, así como el alemán e italiano.
Es en la década de los 70 cuando a través de su hermano capuchino José Luis Ansorena, empieza a relacionarse con Errenteria y el binomio Andra Mari-MUSIKASTE. José Luis recurrirá a él para acompañar a la Coral Andra Mari en numerosos conciertos por toda la geografía vasca, al piano, órgano o clave. Durante dos décadas se trasladará de Alsasua a Errenteria a ensayar con la Coral Andra Mari. Asimismo, colabora en esa época como acompañante al órgano o al piano con numerosos coros, además de Andra Mari, como el Coro San Fermín, la Coral de Etxarri Aranatz o Erkudengo Ama de Alsasua.
Es uno de los compositores con más obras estrenadas en Musikaste (18) y, Junto con la Coral Andra Mari, es el intérprete que más ha actuado en Musikaste, con 88 intervenciones al órgano, piano y clave.
Ondarra es uno de los músicos vasco-navarros más relevantes de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del presente XXI. Además de en la composición, donde abarcó casi todos los géneros, destacó en facetas como el redescubrimiento de partituras antiguas olvidadas, arreglos y transcripciones de partituras de otros autores (Olaizola, Elduayen, Aita Donostia, Olazarán, Garbizu…), la interpretación del órgano, la enseñanza de la música, la dirección coral, la investigación en el folklore autóctono, la divulgación musical (Cuadernos de Folklore de Eusko Ikaskuntza; Revista de Musicología, Ritmo etc.), y la colaboración en la edición de partituras y libros biográficos de grandes músicos como el Padre Donostia, donde colaboró con el Padre Jorge de Riezu y con Jose Luis Ansorena respectivamente.
Recibió en 1969 el Premio Nacional de Bellas Artes, junto a Tomás Marco, por la obra Diálogos para dos sextetos de cuerda y órgano.
Lorenzo Ondarra destacó sobremanera por su labor compositiva, especialmente de música coral. De hecho, sus obras fueron estrenadas, interpretadas y grabadas por los más prestigiosos coros: Orfeón Pamplonés, Orfeón Donostiarra, Orfeó Català, Coral Andra Mari, Coro Easo, Kanta Cantemus, Coro San Fermín, Coral de Etxarri Aranatz o Niños Cantores de Navarra, entre otros.
Cabe destacar que su obra Pater Noster, encargada y estrenada por el Orfeón Pamplonés el 24 de noviembre de 2011, fue la pieza obligada en la modalidad de polifonía del Concurso de Masas Corales de Tolosa en su edición de 2012.
Dos villancicos de la colección Gabon Kantak (Ai gure umea y Alabatua) han sido seleccionados como obras obligadas en el apartado de Folklore Voces Mixtas en la edición de 2022 del Concurso Internacional de Masa Corales de Tolosa.
Premiado en numerosos concursos de composición: Pamplona en 1964; el del Orfeó Catalá, 1965; S’Agaró (Barcelona), 1968; el Premio Nacional de Bellas Artes en 1969 antes mencionado; Certamen de Tolosa, 1974; CAV Bilbao, 1976; Txistularis de Euskal Herria., 1978 y 1983… Fue reconocido en noviembre de 2011 con la medalla de oro de la Federación de Coros de Navarra y la de la Asociación de Txistularis de Euskal Herria.
Del total de la producción de Lorenzo Ondarra (casi 250 obras), muchos no editados, destacan sus composiciones de obras corales (alrededor de 160) tanto a capella, como con acompañamiento de piano, órgano, pequeño grupo instrumental (txistus, orquesta de cámara, grupo de metales) u orquesta sinfónica. Su archivo personal se custodia en el Archivo Histórico Procinvial de Capuchinos de Pamplona.
Parte de sus obras corales y de cámara se han editado recientemente por las editoriales OE OFICINA (www.oeoficina.com) y CM EDICIONES (cm-ediciones.com).
Su música es de gran sensibilidad y profundidad. Ondarra, en palabras de Jon Bagues, (ex director del archivo ERESBIL), es el compositor que está a medio camino entre los compositores que conforman de la tradición de la música vasca (Donostia, Guridi, Garbizu…) y aquellos que conforman la ruptura (González Acilu, Luis de Pablo…) con un estilo propio que bebe del gregoriano y del acervo musical vasco mezclado con una gran sabiduría y preparación fruto de sus estudios de vanguardia musical en Alemania, Suiza e Italia. Es en sus palabras “uno de los mejores compositores vascos de los últimos años”. Fermín Iriarte, escribió: “La música de Lorenzo es de una sensibilidad exquisita, pura espiritualidad y humildad, como era él”.
Pero, como escribió Gabriel Larraya en su obituario, “Lorenzo, antes que músico y compositor, fue un enamorado de su ser cristiano y de su vocación religiosa y sacerdotal. Con grandes cualidades para la vida fraterna, siempre trataba de crear un ambiente de agradable convivencia”. Sean estas líneas un recuerdo de un gran músico, pero, sobre todo, de un humilde cristiano capuchino.
Igor Ijurra. 29 de marzo de 2022.
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