800 años de la Regla de San Francisco
A la Regla oficialmente aprobada por la Iglesia le precedió una larga historia, que se remonta al año 1209, cuando Francisco y sus hermanos acudieron al Papa para que aprobara su forma de vida: en aquella ocasión recibió una aprobación oral. Posteriormente, cada año, aquel texto era sometido al Capítulo de Pentecostés. Es decir, a una revisión por parte de los hermanos reunidos en la que se añadían afirmaciones, frases, “nuevos artículos”, fruto de la verificación que tenía lugar en cada Capítulo. De esta manera, unas pocas y sencillas palabras se convirtieron en los 24 capítulos de la conocida como Regla no bulada de 1221. El texto, con todo, no fue propuesto para la aprobación papal, posiblemente porque los mismos canonistas de la Curia hicieron saber que era un texto excesivamente largo y que se acomodaba poco al género de una regla de vida. Podemos suponer que se pediría la elaboración de un texto más breve y con un carácter más jurídico.
Será el propio Francisco el que se ponga manos a la tarea, redactando un texto más conciso, pero sin perder el carácter espiritual y, al mismo tiempo, acomodándose a la forma jurídica. Para ello Francisco se retiró en Fonte Colombo (Rieti), siendo ayudado en dicha tarea por el hermano León, su secretario en los últimos años y amigo, un tal hermano Bonizzo de Bolonia —del que se conoce muy poco— y el propio cardenal Ugolino quien después, al convertirse en el papa Gregorio IX, se encargará de la redacción. Sabemos, además de otras consultas, tal y como narran las fuentes biográficas, que describen la impugnación de los frailes ministros contra Francisco y la Regla que estaba escribiendo.
Tras todos estos acontecimientos, cargados de una fuerte tensión, en la que se medía perfectamente el paso del carisma a la institución en 1223 –probablemente en Pentecostés– el texto de Francisco fue presentado, revisado de nuevo, para ser aprobado. Esto tendrá lugar el 29 de noviembre de 1223, pasando a ser la Regla de vida de los Hermanos Menores.
Dicha regla fue —y sigue siendo— el modelo de la vida al estilo de Francisco de Asís que, a lo largo de siglos y múltiples reformas se ha querido ir acomodando y conformando en su fidelidad a través de las constituciones de las diversas obediencias de la primera Orden franciscana.
En nuestras bibliotecas se pueden consultar numerosas ediciones en numerosos idiomas y también múltiples comentarios, algunos realizados por autores pertenecientes a la Biblioteca de Autores Capuchinos.