San Pío de Pietrelcina, cincuenta años de su fallecimiento
Francesco Forgione, nació en una familia humilde, en el pequeño pueblo de Pietrelcina (provincia de Benevento), el 25 de mayo de 1887. Desde temprana edad sintió la llamada de consagrarse por entero a Dios, lo que se deja notar por los testimonios de su vida, siendo en todo momento un hijo ejemplar. Llegada la edad oportuna, a la edad de 16 años (el 6 de enero de 1903), ingreso en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, realizando el noviciado. Terminado este año será cuando cambie su nombre por el de Pío de Pietrelcina, con el que será conocido en adelante. El 10 de agosto de 1910 es ordenado presbítero en la catedral de Benevento.
Desde muy pronto se conoció su delicado estado de salud, que llevó a los superiores a destinarlo a los conventos que tenían en la provincia de Benevento. Por fin, el 4 de septiembre de 1916 es destinado al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el macizo montañoso del Gargano, dónde permanecería ya hasta su muerte, acaecida el 23 de septiembre de 1968. Por este motivo estamos ahora celebrando los cincuenta años de su fallecimiento.Será aquí donde comience su amplia tarea en el confesonario, que se prolongaba por largas horas, llegando hasta catorce horas diarias.
Su vida quedará especialmente marcada en la mañana del 20 de septiembre de 1918, cuando, orando ante el Crucifijo del coro de los frailes recibió los estigmas. Éstas eran sangrantes y frescas, tal y como permanecerán a lo largo de medio siglo. Será este el motivo por el que muchas personas, especialmente la gente sencilla del lugar, además de médicos, estudiosos, eclesiásticos y periodistas dirigirán su atención hacia el religioso. De esta manera, múltiples personas se acercaban al convento de los Capuchinos para poder hablar o confesarse con él y obtener algún alivio y una palabra atenta en su vida.
A partir de este momento, también, vendrán momentos de gran dificultad y de ataques permanentes hacia su persona, que él respondió siempre desde el silencio y el buen hacer. Por lo mismo, serán especialmente significativas las diversas obras sociales y de caridad que pondrá en marcha, con la colaboración de múltiples de sus devotos e hijos espirituales. Especialmente significativa, al respecto, será la creación de un moderno hospital llamado «Casa Sollievo della Sofferenza».
Con el fin de poner—más a mano— los medios para conocer mejor a esta figura especial del siglo XX,nuestras bibliotecas han elaborado dos bibliografíascon las obras que se pueden consultar en las mismas: una que recoge sus escritos y otra con las obras que tratan de su figura.
La bibliografía de sus escritos personales recoge su correspondencia y su pensamiento.
A la bibliografía de obras que tratan sobre su figura, se le ha denominado «San Pío de Pietrelcina, semblanzas». En ella se listan, principalmente, las obras que recogen su vida o recuerdos de personas que lo conocieron y con los que se puede apreciar la visión que se tenía de él. En este apartado, entre otras obras, también se recogen los numerosos congresos que se han celebrado en torno a su persona. Entre los autores que se han dedicado —de una u otra manera— a la difusión de su figura y pensamiento queremos destacar los pertenecientes a nuestra Biblioteca de Autores Capuchinos: Antonio Oteiza Embil, Carlos de Espinal, Elías Cabodevilla Garde, Gabriel de Sotiello, Leandro de Echávarri-Urtupiña y Melchor de Pobladura.
Son muchos los títulos, pero más las ediciones, que se recogen, ya que debido a su gran repercusión en diferentes países, las obras son ampliamente traducidas y reeditadas, como es lógico en nuestro catálogo las encontramos principalmente en español.